top of page

Gorda te quiero, un año un día es la diferencia

Cuanta razón haber tenido en cada palabra que decías aquel día cuando nos encontrábamos en un cafetín de aquel terminal de pasajeros…

¡Yo sí te quiero! Yo sí te quería conocer y sentir, conquistar tu corazón y lograr un motivo; para que surgieran más responsabilidades a tu lado… Suele leerse cursi de una persona más de las que comentaba aquella chica diciendo: “Que el querer no solo va en los detalles, en el sexo o el conocer a una persona, sino en algo más profundo”. De eso comentaba ella.


Cuando una persona me gusta demasiado suelo ser un bohemio, y hasta un loco por amor (como le cantaba), y es que ya hace cinco semanas y unos cuantos días la había conocido, luego de esperar cuatro años cuando nos topamos por primera vez en aquel centro comercial cerca de nuestras residencias.


Fue un encuentro improvisado, una inyección de entusiasmo, adrenalina y hasta feromonas en aquel cafetín de ese terminal de pasajeros, como para cerrar la tarde con buena cara luego de un día con altibajos.


Disfrute cantando riendo y contener todo con un nudo en la garganta. Ya quedan pocos días y tú te vas sin saber si muere el amor que tú me dabas.


Así comenzó todo


En aquel centro comercial, fue cuando la vi como un sentimiento platónico que hasta podría decirse sería amor a primera vista. Luego de tantos años, nunca fui extrovertido observándola como para hacerle guiños o llegar a cruzar palabras.


Pero todo ocurrió por primera vez un viernes de un mes de junio un día antes de 15 días de viaje planificado.


Se repite la historia en el mismo centro comercial, nos topamos frente a frente en un local de comida. Fue cuando me atreví a picarle el ojo, y pensar en la reacción de esa linda chica.


Recuerdo que se acercó a mi mesa vestida de franela de color. Me sonrojé y ella tomó la iniciativa de conversar. Tomarnos un café fue la excusa perfecta para aprovechar el lugar. Dentro de mí surgieron mariposas, mis mejillas comenzaron a ponerse más sonrojadas y entre risas, el corazón se aceleraba y poco a poco comenzaba a sentir como corrían las gotas de sudor frio por mi cuerpo.


Le di gracias al eterno por habernos encontrado en el camino, pero creo que tanta ilusión se desplomo por un momento porque me comento que se iba del país. “Yo que tanto pensaba enseriarme en la vida”. Dijo Jota. Veía esas posibilidades lejanas más no imposible.


Hoy en día, pienso que cualquier cosa puede pasar en mi vida. Ya tengo pasaporte en mano y soy totalmente dependiente de mí mismo. Ella sabe y está clara que los giros que da la vida nos pueden volver a unir; Y esta vez, sería como para siempre, porque no pienso despegarme por mucho tiempo.

Puedes Siguirme 
Noticias Recomendadas
bottom of page